las fronteras te rigen por dentro, todo lo que sientas al ver esto, todo lo que te separa de mí, todo eso está calculado y opera ahora mismo dentro de nuestros cuerpos, trascendiendo nuestras cabezas, en el nervio, en la piel, en cada movimiento que haces a diferencia de mí, en cada gota de sudor, cada sonrisa, cada vez que nos hablamos de frente, sabiendo que cada te quiero no es igual a los demás, sabiendo que los demás son diferentes pero quieren lo mismo.

como dije que siempre te querría
ahora y siempre estaré al lado de la muerte
a punto de que me toque
ya que la he besado
y como tú
no quiso saber nada de mí

el orden absoluto al que aspiro
más que un saber
más que un perfume
más que aspirar a tu nada
y lamentar la nada que me diste
más que todas las hojas de mi nada
que se apagan y queman en tu balcón
más que todos esos regalos que me diste
aquellos que nunca quise recibir
más que todo lo que ocurre sin querer
más que todo
nada.

¿qué te crees que pienso, si venzo y no convenzo? si yo mismo me siento denso y al mismo tiempo nada, en este inmenso en que estoy inmerso. vomito verso y me retuerzo y apenas percibo el cuerpo, soy puro nervio, voy como tuerto; no hay órgano perfecto que no esté muerto, abierto al campo cierto, del polvo al polvo y del polvo al cierzo.

pero no me digas que sienta nada, si al sentir me siento vivo al tiempo que me muero de la manera más cruel. y no me digas que no sienta nada, pues me mata tu ingenuidad.
más vale no me digas nada, que la traición sea el silencio y su remedio no pensar, que la nada nos transporte nuevamente a la esencia, pues solo el viento secará nuestras mejillas.

no habrá razones que nos dividan 
allí donde impere la vida.
donde el miedo se condene al destierro
entre silencios tiernos seremos sinceros. 

frases vacías

frases vacías se acabaron, llegan tarde, como ecos del viento tornados tempestad, como la venganza tan fría que anestesia y no duele. como el resto fósil que una vez latió. frases vacías llegan para ya no conmover.

hay vidas muy miserables. hay hasta quien se dedica a seguir tus pasos y quien cuenta lo que haces sin ganar nada a cambio.

la alienación nos lleva a destruirnos entre nosotros. la alienación lleva a desear el sufrimiento ajeno y a aplicar las formas más sádicas para conseguirlo. 

la vida se nos escapa entre los dedos en un estado de consumo continuo. los más débiles desesperan y estallan de egoísmo para convertirse en aptos, siempre dentro de un marco confeccionado de manera unilateral. 

las acciones esquivan al consenso general, que destruye el entusiasmo ególatra.

si nada nos apena no queda otra, nosotros mismos damos pena.